¿Cómo creerle a Kirchner? La semana pasada negó estar llamando a los diputados y resulta que parece un telemarketer...

POR CLAUDIO SOLARI

Néstor Kirchner habla y pide que otros hablen: los teléfonos no descansan en las cercanas del presidente del Consejo Nacional del PJ, para quien es una cuestión 'personal' obtener la sanción del proyecto de ley que su mujer envió al Congreso de la Nación, y así demostrar que su poder permanece sin fisuras. De todos modos, hay concesiones multimillonarias de parte de Kirchner para satisfacer su ego tan oneroso para los contribuyentes argentinos. No obstante, llega el momento de hacer una pregunta

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La semana pasada, Urgente24 afirmó que Néstor Kirchner se había planteado llamar teléfonicamente a cada legislador cuyo voto a favor del proyecto del Ejecutivo no estuviera asegurado. De inmediato, desde la Casa Rosada se 'filtró' a los periodistas acreditados que no era cierto.

El oficialismo pretendía enviar el mensaje de que no hacía falta llamar a nadie porque estaba garantizado el triunfo en la votación en ambas cámaras legislativas.

Sin embargo, otra vez, Néstor Kirchner mintió: el triunfo no estaba asegurado porque el Frente para la Victoria-Partido Justicialista se fracturó en el contexto del conflicto agropecuario.

Explotó. Se hizo trizas. Y también la Concertación Plural. Por eso es que desde hace días que el oficialismo corteja a Eduardo Macasule, apostando a que la amistad de este legislador con Alberto Fernández, jefe del Gabinete de Ministros, recaude los 9 votos del ex ARI hoy SI para el FpV-PJ.

Es más: hasta anoche a las 20:30, ni siquiera así ganaba una votación en el recinto el FpV-PJ. Por eso se decidió echar lastre. Esto quiere decir, por una parte, que Kirchner está llamando telefónicamente a cada legislador cuyo voto a favor del proyecto del Ejecutivo no se encuentra asegurado, o bien lo hace llamar por alguna persona de su confianza si dudara de ser lo suficientemente persuasivo. Las ofertas son diversas, y todo suma al gasto público que sigue engordándose.

Pero, además, Kirchner decidió aumentar las compensaciones a pagar a los productores, para conseguir destrabar el proyecto sin modificarlo. Por supuesto que sería más barato y eficiente modificar el proyecto de la Casa Rosada, pero a Kirchner lo único que le importa hoy día es obtener la sanción sin cambios y así demostrar que su poder permanece sin fisuras.

No obstante, llega el momento de hacer una pregunta: ¿cómo cree el campo que podrán pagarse las mayores compensaciones y el restante gasto público adicional que supone la aprobación legislativa?

Si la sanción del proyecto de ley supone más gasto público, habrá que aumentar la presión impositiva sobre algún sector de la sociedad. Esto es inevitable ya que, además, los Kirchner se plantean conservar el superávit fiscal.

Por supuesto que, a esta altura de los acontecimientos, el debate ya fue desvirtuado. De política agropecuaria se discute muy poco. Y se especula demasiado sobre el poder personal de los Kirchner, el avance de la oposición política, y otras cuestiones semejante. Todas importantes pero no relacionadas con el campo.