Tuesday, July 01, 2008

El día en que las vedettes
de la Calle Corrientes fueron…
Los intendentes

Cientos de intendentes del interior profundo del país llegaron a la Ciudad de Buenos Aires y marcharon por sus calles con un reclamo “suspendan la 125 porque nuestros pueblos se ahogan”. Crónica de un acontecimiento político inédito.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La imagen era extraña: la avenida Corrientes cortada para dejar avanzar, en contramano, a una columna de hombres que con los brazos entrelazados y algo tímidos. Los 20 ó 30 a de la primera fila, la mayoría de traje, auque se mechaba alguna campera de gamuza, recibían las órdenes de dos hombres de gorrita, uno de la CCC y otro de la FTV disidente.

Los punteros, duchos en la organización de marchas colaboraban con el grupo de intendentes del interior, quiEnes entre desorientados y divertidos, no sabían cómo actuar ante el tráfico que se les venía encima.

En realidad, toda la actividad organizada (aunque sea una forma de decir) entre el grupo de intendentes del interior fue extraña. Primero se reunieron algunos en Hotel Castelar, sobre la Avenida de Mayo para intentar acercar posiciones.


Luego fueron caminando al teatro Broadway, sobre la calle Corrientes. El lugar, sede de la obra (género teatro de revista) “Cristina en el país de las Maravillas”, asombraba a los hombres del interior con la gigantografía de Luciana Zalazar en uniforme de vedette. La locación tenía una explicación, la obra pertenece a Nito Artaza, que todavía persiste en su actividad política en el partido radical.
Allí, en el primer piso se reunieron los organizadores de la liga de intendentes con los presidentes de las cuatro entidades agropecuarias para acordar cuál sería el mensaje del acto.

En el mientras tanto la sala del teatro se iba a llenando. Los asientos de adelante fueron ocupados por intendentes de pequeñas localidades. Grupos de intendentes de cada unas de las provincias charlaban entre si. Pero muchos de mandatarios comunales no conocían quiénes eran sus pares de otras provincias.

Y, además, se mezclaban algunas personas que habían llegado del interior a “controlar” a sus intendentes, más los que hasta ayer habían estado en la carpa del Congreso. La confusión era mayúscula, ya que algunos productores pintaban intendentes, y algunos intendentes pasaban por chacareros.

¿Cuántos intendentes había?
Osvaldo Salomón, intendente de Chabás agradeció, desde el escenario a los “500 intendentes que vinieron”. El número, mágico, se instaló en la televisión, pero la verdad es que resulta difícil pensar que fueran tantos. Quizás el conteo más realista se coloque alrededor de los 200. Eso no le quita brillo a un acontecimiento inédito, muy importante en la democracia moderna.

Igualmente, difícil saberlo, la organización fue algo caótica y nadie se animaba a hacer números, la excusa más escuchada fue “sé cuántos vinieron de mi provincia, pero al resto no los conozco tanto”.Los cordobeses eran los más organizados. De las 21 localidades del departamento de Marcos Juáres, el más rico de la provincia mediterránea, había representantes de 16 de ellas. Llegaron todos comandados por Carlos Baeza, intendente de Camilio Aldao, uno de los que, la semana pasada “convencieron” a Roberto Urquía.
Baeza se explayaba sobre el “deterioro económico causado por la resolución 125” en su zona. “Nosotros vinimos a transmitirle a los legisladores la realidad, y nada más que la realidad. Hoy tenemos altísimos porcentajes de servicios impagos, obreros de la metalmecánicas a los que están dándoles las vacaciones obligatorias adelantadas… Además la situación nos está afectando también muy fuerte en nuestra recaudación, uno de los días del paro recaudamos exactamente $37 (en una localidad de 7.000 habitantes), al mismo tiempo que teníamos que multiplicar la ayuda social”.

Baeza, además de la reunión con Julio Cobos, tenía agendaza para esta tarde una reunión con la ministra de Desarrollo Social.En otra punta del teatro Carlos Gorosito, intendente radical de Saladillo, afirmaba el apoyo de los 22 intendente radicales de la UCR bonaerense, y le pedía al gobierno nacional “racionalidad”. Sentados en primera fila, casi tímidos, un grupo de “Presidentes Comunales” de pequeñas localidades santafesinas, todos peronistas ellos, pedían en voz baja, pero con firmeza, la suspensión.

A las 12:00 subieron al escenario representantes de las cuatro entidades (no estaba el presidente de Coninagro Fernando Gioino), Alfredo D´Angeli (casi una estrella de cine, con gente pidiéndole autógrafos) y una numerosa delegación de intendentes. Habló Eduardo Buzzi y pidió la suspensión de la resolución 125. Luego fue el turno del intendente Oncativo, Osvaldo Vottero.

El cordobés, representante del foro de intendentes de Córdoba, hombre del PJ, dijo representar a más 280 intendentes de su provincia, también pidió la suspensión de resolución 125. El micrófono le llegó a Osvaldo Salomón, intendente de la santafesina Chabás, que provocó emoción y varias oleadas de aplausos, de pie.

Luego hablaron Mario Llambías y Luciano Miguens, mientras que D´Angeli le cedió el micrófono a un intendente entrerriano. Antes de terminar, desde abajo del escenario pidió hablar Carlos Gorosito, de Saladillo, para reivindicar la presencia bonaerense. El mensaje fue el mismo en todos “suspensión de la 125” (Aunque cuando llegaron al Salón Azul del Congreso donde fueron recibidos por Julio Cobos le agregaron la coparticipación de las retenciones.)
A medida que los discursos fueron calentando los ánimos el ambiente dio lugar para apoyos y aplausos bastante impensados. Así cuando el intendente justicialista de Amstrong, Fernando Fisher, pidió “o un minuto de silencio o un fuerte aplauso” por el aniversario de la muerte de Juan Perón, brotó un aplauso cerrado, y hasta juntaron sus palmas varios radicales hay quien asegura haberlo visto aplaudir a Hugo Biolcati.
Lo mismo pasó cuando Buzzi pidió saludar a los “trabajadores” de las organizaciones piqueteras CCC (Corriente Clasista y Combativa) y la FTV (Federación Tierra y Vivienda) disidente. Luego del acto, una vez a la salida, la marcha surgió espontánea “vamos todos al Congreso”, a donde tenían que dirigirse los intendentes porque tenían agendaza la reunión con Cobos.

Y así, casi empujados por algunos entusiastas manifestantes que entonaban cantitos y con los hombres de la CCC y la FTV disidente oficiando de guías, los intendentes la emprendieron contra el tráfico de Corrientes, copando dos carriles. Recién luego de 4 o 5 cuadras llegó la policía que decidió cortar toda la avenida.
En el camino, el intente de Saavedra, Carlos Grenada aceptaba el pedido de un grupito “fanáticas” de su pueblo que portaban una bandera y se sacaba una foto.El periplo continuó por Callao hasta llegar al palacio del Congreso, donde hubo forcejeos varios porque no existía lista alguna de los intendentes que debían reunirse con Julio Cobos.
Al final, luego de largo rato, la mayoría pudo ingresar.Luego llegó el acto en el Salón Azul, donde se concretaría la foto y el protocolo, pero el hecho político inédito ya había ocurrido, en la calle Corrientes.

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