Saturday, July 19, 2008

El futuro del kirchnerismo
se define en el GBA

POR RUBÉN LOUREIRO

El Gran Buenos Aires es el conjunto de municipios que rodean a la Ciudad de Buenos Aires, áreas de demografía importante y donde el peronismo construyó su poder político clientelar y prebendario desde los años '40. Néstor Kirchner arrendó el espacio cuando Eduardo Duhalde se quedó sin 'caja' y así ganó las elecciones de 2005 y 2007. Ahora hay versiones -no confirmadas- de que los intendentes peronistas bonaerenses no se encuentran tan entusiasmados como en el pasado con el Frente para la Victoria

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Durante las horas recientes abundaron las versiones, desmentidos y especulaciones acerca de qué les ocurre a los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires con los Kirchner.

Un puñado de jefes municipales participaron de un encuentro programado en Hurlingham para debatir qué posición tendrán sobre los últimos acontecimientos nacionales. Con tanta obra pública con recursos nacionales pendiente en esos municipios es casi obvio que, frente a los medios de comunicación, apoyarán a la presidenta Cristina de Kirchner.

Sin embargo, en esos ámbitos políticos los gestos son más importantes que las palabras, y la media voz el comentario público. Con cierta frecuencia, es más confiable el silencio que la verborragia, y lo que se se calla a lo que se explicita.

Lo concreto es que varios intendentes municipales se encuentran hartos de los reclamos de Néstor Kirchner de movilizar gente casi a diario. Les resulta ya conflictivo en su relación con los 'punteros' de sus municipios porque a los propios movilizados no los entusiasma la demanda de los Kirchner, aún cuando paguen por ello.

Ni Hugo Curto ni Mario Ishii ni Sergio Massa llegaron hasta Hurlingham, territorio que Luis Acuña heredó de Juan José Álvarez, aunque afirme que no conserva obligación de gratitud al respecto.

Sí estuvieron presentes los intendentes municipales de Luján, Graciela Rosso; de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de San Fernando, Osvaldo Amieiro; de Merlo, Raúl Otacéhe; de Pilar, Humberto Zuccaro; de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino; de San Miguel, Joaquín de la Torre; y de Escobar, Sandro Guzmán.

¿Cuál es el dato que tendrían que tener en cuenta los Kirchner?
La preocupación de varios de los presentes por la demora en la ejecución del plan de obras públicas prometido por la Nación.
Que le quede en claro a Cristina de Kirchner: no son tiempos propicios para que Julio De Vido estrene evasivas o introduzca cuentagotas en una relación basada exclusivamente en el dinero que la Nación asigna a los municipios bonaerenses.

"Esto no es convicción ideológica sino practicidad gestionaria", explicó un confidente de uno de los presentes para informar acerca de cuál es el vínculo entre los intendentes y los Kirchner.

Es verdad que, sin embargo, los intendentes municipales peronistas del GBA son adoradores de la verticalidad, y nunca marchan por delante de los acontecimientos.

"Tampoco tenemos un hijo en problemas judiciales como para sobreactuar como Hugo Moyano", afirmó cierto jefe comunal, burlándose de una declaración del secretario general de la CGT acerca de Julio Cobos. Hugo Moyano dijo que "de la traición no se vuelve", y el intendente municipal explicó, ya con tono soez: "¿Quién puede condenar la traición en el peronismo bonaerense? Facundito debe estar bien jodido como para que su viejo diga tantas pelotudeces juntas..." De todos modos, los intendentes municipales son muy cautelosos en sus declaraciones públicas. Pagó muy caro la verborragia Hugo Curto, el metalúrgico de Tres de Febrero, Hugo Curto, cuando trascendieron declaraciones suyas en las que afirmaba que "ya no movilizaría" en apoyo al Gobierno nacional.

Curto le explicó a la página web platense de Diario Hoy que "jamás le quitaría su apoyo a Néstor Kirchner” y agregó: "Me grabaron cuando hablaba con 3 ó 4 tipos, en mi buena fe y después sacaron ésto al aire. Es alguien que se beneficia generando estas situaciones y dividiendo las aguas".

La verdad es que no ha sido muy convincente su explicación.
Pero Curto se esforzó un poco más, e ingresó de lleno en la sobreactuación: "Vamos a seguir apoyando a la Presidenta que representa al voto del pueblo. Nos vamos a movilizar las veces que sean necesarias. El Gobierno puede ganar algunas cosas y perder en otras pero no vamos a hacer el juego que hicieron los radicales que se subieron al carro del campo para jugar políticamente. Cobos actuó como un traidor".

En cuanto al intendente de José C. Paz, Mario Ishii, le aclaró a la misma web, cuando circularon declaraciones suyas bastante similares a las de Curto (Urgente24 las publicó), y además el reclamo de una política agropecuaria integral: "El PJ no salió lesionado en lo más mínimo. Al contrario, fue un acto fortalecedor de la democracia. No sé si de esta manera se supera la situación que se generó pero es una instancia más en el debate. Seguiremos apoyando al Gobierno, ya que la única conducción que reconocemos es la de Néstor Kirchner".

Cada uno podrá realizar sus propias conclusiones. También apareció en escena Daniel Scioli, tan despreciado por sectores de clase media que antes lo observaban con entusiasmo (hay un consenso en que Scioli hubiese desempatado en el Senado a favor de los Kirchner, nunca de la oposición), y para recuperar espacio pidió "que el campo se sume con fuerzas al acuerdo del Bicentenario convocado por la Presidenta".

Scioli es un abonado a los medios de Daniel Hadad. En Radio 10 él dijo: "Todos tenemos que reflexionar sobre lo que ha ocurrido, hacer las autocríticas que correspondan".
Y agregó que con la firma del decreto que derogó la resolución "se fortalece el pais, nuestras instituciones". Probablemente no advierta o no quiere percibir que el conflicto sigue latente. O sea que Scioli está a punto de volver a equivocarse.

Un dato no menor: entre los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires mucho se habló de qué harían ellos en circunstancias similares, y la coincidencia fue: "Yo cambiaría el gabinete, para refrescar". No hablaron mal de nadie en particular, más allá de que tienen sus simpatías, directamente proporcionales a con quién tratan la asignación de fondos, pero deslizaron su opinión que, curiosamente, coincide con la de empresarios, de sindicalistas y de legisladores oficialistas.

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