Tuesday, July 31, 2007

Se esperan más de 650 mil hectáreas
en la próxima campaña
La Asociación Maíz Argentino
ahora también representa al sorgo
En la última reunión del Consejo Directivo de Maizar, los representantes de la cadena coincidieron en la necesidad de incorporar al cultivo de sorgo en el marco institucional de la Asociación.

Al maíz y al sorgo los une algo más que su condición de granos forrajeros. Comparten usos, mercados, productores, semilleros, investigadores y el mismo viento a favor que los está llevando a recuperar protagonismo.
Desde la Asociación Maíz Argentino (MAIZAR), concluimos hace pocos días que es necesario formalizar la incorporación del sorgo y todos sus actores como parte de la gran institución que representa a la cadena del maíz en nuestro país.
De esta forma, Maizar se denomina ahora Asociación Maíz y Sorgo Argentinos y es el ámbito desde el cual se trabaja también por este tradicional cultivo.
El grano forrajero viene creciendo en forma sostenida, acompañando el auge del maíz y el impulso que acarrean los biocombustibles. En la última campaña se sembraron 620 mil hectáreas de sorgo. Hace tres años el área apenas alcanzaba las 474 mil. Para la próxima siembra, si el tiempo acompaña, se espera que puedan cubrirse 650 mil hectáreas con sorgo.
El pico productivo del sorgo en el país se produjo durante la década del ’80. Puntualmente, la mayor superficie sembrada (2,52 millones de hectáreas) se concretó en la campaña 1982/83. A partir de entonces, comenzó a perder competitividad frente a los demás cultivos para ser particularmente marginado al ritmo del crecimiento del cultivo de soja en el país.
En Maizar coincidimos en que a la luz de los nuevos precios que tienen los granos, el sorgo puede convertirse en un cultivo interesante con posibilidades de recuperar importancia en el país.
Sus usos son muy similares a los del maíz, puesto que es un grano forrajero por excelencia, de muy buena aceptación y demanda en el mercado internacional. A su vez, es utilizado para consumo humano y la elaboración de biocombustibles. En varios países de África y Centro América, resulta un insumo muy importante para la alimentación.

Contexto actual
Entendemos que con el nuevo escenario de precio que hay a nivel mundial se abre una buena perspectiva para este cultivo. La superficie a implantar con sorgo va a crecer en Argentina porque en muchas zonas tiene características fitogeográficas, vinculadas a la lejanía de los puertos, que son muy aptas para producir sorgo. Con los nuevos precios, pueden comenzar a considerarse los fletes.
Además, el sorgo es un cultivo muy útil en la rotación, sobre todo en planteos con soja, donde deja un alto nivel de rastrojo muy bueno para la estructura del suelo.
La realidad es que hoy el crecimiento del cultivo presenta como mayor limitante la disponibilidad de semillas. Los criaderos vienen duplicando campaña tras campaña la cantidad de semillas que introducen al mercado y para el próximo ciclo piensan redoblar la apuesta.
El otro aspecto a tener en cuenta en relación al cultivo es que no ha tenido el desarrollo genético que tuvo el maíz en los últimos años. No se ha invertido tanto en su investigación, pero merece un lugar en la rotación y muchas de las compañías que producen maíz también producen sorgo.
Desde el punto de vista agronómico, es un cultivo más económico que el maíz, dependiendo de la tecnología que se use. A grandes rasgos cuesta menos de la mitad de lo que vale implantar una hectárea de maíz.
En cuanto al precio, en nuestro país el sorgo se encuentra alrededor de un 10 % por debajo del precio del maíz. Incluso hay momentos en que vale a la par que el maíz. En EEUU, principal productor e importador del cultivo, el maíz vale 142 dólares y el sorgo 134 dólares, apenas un 5 o 6% debajo del maíz. Otros grandes importadores son México y Japón, principalmente con destino a forraje. En EEUU ya se está usando para la producción de etanol y en Argentina hace años se utiliza para la obtención de alcohol medicinal y para consumo humano.

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