“Confunde, confunde,
que confundidos
quedarán”

Nuevamente el gobierno nacional trata de confundir a los argentinos con supuestas medidas que benefician a unos cuando en realidad lo hacen a otros. El nuevo acuerdo del trigo firmado ayer entre el Gobierno Nacional y los exportadores es una muestra más de ello: se anuncia como la intención de incentivar la próxima siembra de trigo, cuando en realidad es un documento que sepulta cualquier expectativa de los productores para recibir el justo precio de su trabajo.

No es creíble desde el mismo momento que se utiliza para determinar el precio pleno el valor que publica la SAGPyA ya notoriamente retrasado con respecto al mercado del trigo internacional, del que el país participa desde hace tres años solo en forma esporádica.
Se compromete la exportación a adquirir hasta un millón de toneladas de trigo disponible con la promesa de poder exportar el mismo tonelaje, con el pago de las retenciones pertinentes bajo el actual sistema, financiando al Estado a costa de los productores, dado que tendrá una tasa no explicita cuando la exportación compre el trigo necesario para exportar.
La molinería por su parte tendrá la seguridad del abastecimiento de mercadería con la compensación que el Estado le proveerá.

Se termina entregando el comercio de los granos a un oligopolio, en una rara asociación entre el Estado nacional, multinacionales exportadoras y molinería local; bajo la tutela, padrinazgo y control de Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray. Ya padeció el productor la intervención de estos dos funcionarios en las dos últimas campañas, donde el precio del trigo se vio “vaciado” en 40 dólares por Tonelada: es muy difícil creer que ahora con este nuevo esquema termine recibiendo el productor el precio “lleno” (valor de exportación menos retenciones) por el trigo que produce.

Así vemos como Estado, exportadores y molinería de alguna manera podrán estar de acuerdo con este acuerdo, solo la producción teóricamente destinataria de esta medida ve como nuevamente es la única convocada al momento de pagar las cuentas pero no para aportar soluciones. Lamentablemente la visión de corto plazo de todos solo nos conduce a una realidad indiscutible que es que la Argentina se quedará sin trigo.