Wednesday, November 12, 2008

“Estamos devolviendo
sólo la mitad de los
nutrientes que
extraemos del suelo”


De acuerdo a los datos de la campaña 2007, en el país se están reponiendo apenas el 50% del nitrógeno, el 60% del fósforo y el 40% del azufre que se extraen del suelo. La soja tiene la posibilidad de aportar, vía fijación biológica por inoculación, casi 2/3 del nitrógeno total que necesita para crecer, por eso resulta una práctica tan importante.

El Ing. Fernando García, director regional del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas (IPNI), fue entrevistado esta semana en el marco del concurso ¿Cuánto sabés sobre el cultivo de soja?, con el fin de brindar información calificada sobre el cultivo del que más se ha hablado en los últimos tiempos en el país.


Según García, “en las condiciones de producción de nuestro país, el nitrógeno, el fósforo y el azufre son nutrientes frecuentemente deficientes. Por esta razón, la fertilización, tanto de la soja como de los demás cultivos, resulta vital para obtener mejores índices de rendimiento”.
De acuerdo a los datos de la campaña 2007, en el país se están reponiendo apenas el 50% del nitrógeno, el 60% del fósforo y el 40% del azufre que se extraen del suelo. La soja tiene la posibilidad de aportar, vía fijación biológica por inoculación, casi 2/3 del nitrógeno total que necesita para crecer, por eso resulta una práctica tan importante.


“Pero en soja, no sólo se trata de inocular. También hay fertilizar”, sostuvo García para aclarar que a través de la inoculación, la planta puede capturar el nitrógeno del aire y fijarlo biológicamente, pero los faltantes de fósforo y azufre se cubren únicamente con el suministro externo de estos nutrientes.


“Existen otros nutrientes que se están mostrando deficientes en algunas condiciones, pero las deficiencias más importantes se dan siempre en fósforo (P) y azufre (S)”, explicó.
García aclaró que la soja inoculada no necesita fertilizarse con nitrógeno, porque el cultivo obtiene todo el que necesita del aire. “Si bien las respuestas más evidentes a la inoculación se dan en los lotes sin antecedentes de soja, nosotros insistimos en esta práctica aún en lotes donde la respuesta no es tan elevada por larga historia de soja, porque es una forma práctica y económica de mejorar el balance nutricional del suelo”, detalló.


De la misma manera, indicó que “desde el IPNI recomendamos hacer los análisis de suelo y las evaluaciones correspondientes para determinar los faltantes de otros nutrientes en el lote. Nosotros sugerimos usar toda la tecnología disponible para conocer a fondo el lote que se trabaja y así enmendar las deficiencias”, señaló el especialista.


Respecto de la actual coyuntura y el impacto que tendrá el menor uso de fertilizantes, García advirtió que esto implicará un suelo más deficiente para campañas venideras. Es decir, “se va a profundizar el desbalance de nutrientes en los suelos agrícolas argentinos si no se reponen nutrientes y realiza rotación de cultivos que contrarresten esta situación”.

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