Friday, May 25, 2012

La economía argentina 2012 en 3 líneas

La política económica en Brasil, Chile, Uruguay y Perú, por citar ejemplos, tiene como principal objetivo asegurar un crecimiento sustentable con estabilidad de precios.

Es decir, en estos países evitar la inflación es un punto importante de la agenda económica, porque un crecimiento controlado de los precios es una condición necesaria (no suficiente) para un crecimiento sustentablemente.

En Brasil, Chile, Uruguay y Perú respetan la evidencia empírica e histórica, que muestran que una inflación alta y sostenida atenta contra el crecimiento. Las autoridades de estos países, cuando notan que los precios podrían desbordarse, no dudan en controlar la inflación, y así sentar las bases para seguir creciendo a tasas mayores y sustentables en el largo plazo.

Si la inflación se dispara por arriba de los límites máximos estipulados, sus bancos centrales disminuyen el ritmo de crecimiento de la cantidad de dinero, aún a costa de aumentos moderados de la tasa de interés y de la apreciación nominal del tipo de cambio.

 
Por el otro lado, buscan mecanismos de control, para limitar la entrada de capitales desde el exterior. Paralelamente, sus sectores públicos moderan la tasa de crecimiento del gasto primario.

Esta estrategia de controlar inflación, es preventiva y se adelanta a los acontecimientos, a veces, con leves costos presentes y amplios beneficios futuros.

La opción elegida en la Argentina, de ignorar la aceleración inflacionaria, no asegura mejores resultados presentes y limita el crecimento de largo plazo. Esta alternativa prescribe, en forma engañosa beneficios de corto plazo, ignorando completamente el costo futuro, que de menor crecimiento y más alta inflación en el largo plazo. Esta alternativa aplicada en forma sostenida enfrenta a la economía probablemente con el riesgo estanflacionario: bajo o nulo crecimiento con altos niveles de inflación.

Brasil, Chile y Perú conducen sus políticas monetarias en base a un sistema de metas de inflación. En estos tres países la meta de inflación exige que el aumento del nivel general de precios tienda a ubicarse en torno a un valor central de entre 2% y 4.5% anual.

Si bien Uruguay no tiene un sistema de metas de inflación formal, el ejercicio de la política monetaria no difiere mucho de la que se práctica bajo las metas de inflación, porque el Banco Central tiene entre sus propósitos la estabilidad de precios y mueve la tasa de interés de referencia o Tasa de Política Monetaria (TPM) para que la inflación se mantenga dentro del rango objetivo (6%/8%) establecido por el Gobierno.

A modo de ejemplo, Brasil a comienzos de 2011 crecía al 7.0%, pero su inflación minorista se ubicaba cercana al límite máximo permitido (6.5%). En ese contexto, el Banco Central do Brasil subió la tasa seis veces consecutivas; la SELIC pasó de 10.75% a 12.50% anual.

Paralelamente el real se apreció de 1.68 a 1.58 por dólar. El crecimiento se desaceleró por el efecto deliberado de la política, y no por el efecto de la inflación. Al cabo la inflación bajó. Luego, con la inflación ya controlada, el BCB comenzó a aplicar la política inversa: la SELIC bajó seis veces (12.5% a 9%) y el real se depreció de 1.58 a 2.0 por dólar.

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