Tuesday, June 16, 2009

La soja camina por la cornisa, y contagia al resto de los granos

La situación ajustada de stocks de soja actual en el mundo impulsó a los precios a niveles muy altos. Esto se vió apoyado por la actitud de los fondos que compran granos para incluirlos en su cartera por su carácter de commodities. Sin embargo en las últimas dos semanas China canceló embarques de soja EEUU, y el dólar encontró pisos en su tendencia devaluatoria. Ambos elementos podrían poner freno a la tendencia alcista, o ser solamente una parada en el camino ascendente, pero el riesgo es importante.

Venimos remarcando en los últimos informes que el comportamiento de los granos está más relacionado con la tendencia del dólar y la actitud de los inversores financieros, que con los elementos fundamentales de los granos.
En cuanto al comportamiento del dólar, en su tendencia devaluatoria reciente, han aparecido pisos. En tanto, los inversores financieros siguen siendo optimistas, ya que quieren anticiparse a una recuperación de la economía probable para el próximo año, comprando ahora que los papeles bursátiles están muy baratos.
Sin embargo, como los gobiernos del mundo, y no solo de EEUU, han tomado decisiones que resultan inflacionarias, incorporan dosis mayores de commodities en sus carteras. El problema es que la Organización Mundial de la Salud, ha declarado pandemia a la gripe A, y esto hace pensar que el consumo podría retraerse.

Pasando a los fundamentos propios de los granos, y arrancando por la soja, que es donde el mundo tiene hoy el mayor problema, vemos que tras una campaña norteamericana que fue normal, toda la expectativa se cargó sobre Sudamérica, para que con nuestra producción de la oleaginosa, se equilibrara la balanza, ya que el consumo seguía muy demandante. Al respecto la cosecha de Brasil fue menor a la esperada, la de Argentina un desastre y la del resto de los países de la región estuvieron dentro de ese rango.

El faltante de producción llevó a que los compradores demandaran más soja norteamericana de lo previsto, lo que hizo que sus stocks cayeran a mínimos históricos, y los precios se dispararan. En ese orden de cosas, el USDA recortó nuevamente la estimación de producción Argentina de soja a 32 mill.tt. (antes estimaba 34) y dejó la misma en lo que los analistas locales proyectan. Esto confirmó el cuadro de situación, pero no tuvo tanto impacto en precios, ya que los privados descontaban este movimiento del Departamento de Agricultura Norteamericano.

La situación de faltante de oferta y una demanda activa disparó los precios en las posiciones cercanas, pero mantuvo más bajos los de la posiciones de la nueva cosecha. En el caso de EEUU, vemos que hay un bache pronunciado en las cotizaciones a partir de la posición Noviembre, que es cuando la cosecha de soja ya queda finalizada, y en Argentina esto ocurre en mayo, mes donde pasa lo propio en nuestro país.
Esto marca que los altos precios actuales tendrán su final. Sin embargo, los valores para noviembre en Chicago y mayo en los mercados locales, de todas formas están altos, porque el punto de arranque de la campaña 2009/10, será de stocks muy bajos, y por más esfuerzo productivo que se haga, la recomposición de stocks será leve en esta campa ña. De allí que los precios deban mantenerse sólidos.

Para quien tiene soja disponible y debe venderla, tiene que ser conciente que el mundo le está pagando un precio muy alto, como premio a que venda en el corto plazo. Si ese premio no es cobrado, vendiendo, en algún momento será retirado de la mesa. Ese momento será cuando la demanda decida dejar de comprar.

Porqué la demanda dejaría de comprar? Porque tiene más soja u otras oleaginosas disponibles, básicamente cuando la cosecha llega, o bien porque decide retraerse hasta tanto le llegue la oferta nueva. Hoy ambos elementos no parecen muy cercanos, ya que lo más temprano que una gran cosecha podría irrumpir es la de EEUU, y esto ocurre en septiembre. De allí que también sea difícil pensar que los compradores se mantendrán retraídos de aquí a septiembre.

Sin embargo, lo que puede estar ocurriendo es que los compradores ya tengan asegurado un mínimo de compras para los próximos meses, y que cuenten en el caso de China, con que el estado les provea stocks de sus reservas a ser devuelto en la nueva campaña.
En la realidad no sabemos porqué está pasando esto, pero las cancelaciones de negocios ya acordados en las exportaciones semanales norteamericanas, nos ponen sobre aviso de que este punto podría haber llegado.

Pensando en la campaña 2009/10, lo que vemos es que EEUU viene sembrando tarde y esto complicará la posibilidad de alcanzar los altos rindes que se plantean hoy en los análisis de oferta y demanda. Además habrá que ver si las estimaciones de demanda son correctas o si no están un poco altas.

En lo que hace a maíz la situación no es tan acuciante en el corto plazo como lo es para la soja, ya que el mercado termina el año 2008/09 con stocks más bajos que los pensados en su momento, fruto de una demanda más activa, pero en niveles no tan preocupantes. Sin embargo el problema se plantea para la campaña siguiente, donde aún con rindes altos, y una demanda demasiado baja para lo que son hoy las perspectivas de este mercado, los stocks tienen una baja importante, y que ha sido profundizada en el último reporte del USDA.

En efecto, en el último reporte del USDA vemos que se redujo la estimación de rinde esperado para EEUU, y esto generó menor producción esperada. Sin embargo los nuevos rindes están muy por encima del rinde obtenido el año pasado, donde la siembra también fue tardía. De todas formas, deberemos ver como evoluciona el clima en los próximos meses para tener idea más certera de lo que pasará con los rindes. Esto nos pone sobre aviso de que tendremos un mercado climático frenético en los próximos meses.

Un elemento que no podemos soslayar, es que lo que ocurra con la soja podría condicionar también al maíz, así que debemos tener cuidado con las estimaciones alcistas de maíz en un contexto bajista de soja. Si este es el caso, al menos los precios del maíz estarán más lentos que lo normal en la suba.

En trigo no hay mucho por decir, sólo que el mercado ha ganado en stocks en la última campaña, lo que deja a los precios más tranquilos, a lo que se le suma que si bien este año hay menos oferta, los stocks no caerían tanto. Igualmente nos resta ver el mercado climático.

Cuando trasladamos lo dicho a Argentina tenemos un problema adicional, que es el riesgo electoral, el mal año productivo y la falta de financiamiento. Las elecciones son importantes porque el propio gobierno ha plantado que leerá en los resultados si hay un apoyo o no a su plan de gobierno. El problema es que las lecturas posibles de una elección legislativa son muy amplias, y tememos que independientemente del resultado, el gobierno busque la forma de interpretar el mismo como un “sí”. Esto, junto con la necesidad de caja del gobierno, y un sector agropecuario donde hay posibilidad técnica de extraer fondos, nos genera temor.

Remarquemos que la posibilidad es técnica, pero la gran pregunta es si hay plafón político para tomar medidas impopulares para el agro. Esto no es tan claro, pero si el gobierno lee en las elecciones que tiene el apoyo del “pueblo”, se sentirá respaldado para salir a presionar al sector con más retenciones, aumentos de otros impuestos, tipos de cambio diferenciales, u otras medidas que hoy se nos escapan.

Esto hace que el productor Argentino tenga dos presiones para vender su soja: por el lado del mercado, el temor de que China se retire y diga hasta aquí llegaron los precios. Por el lado del mercado local, que haya cambios en normas que impacten negativamente en los precios. Pero además como el año fue malo productivamente, necesita vender para hacerse de dinero, y esto se ve abonado porque no hay créditos disponibles a tasas razonables para la nueva campaña. Igualmente como se va a sembrar poco trigo, el problema será más adelante, pero si el gobierno toma medidas contrarias a los intereses del sector, será todavía más difícil conseguir financiamiento.

La pregunta entonces es porqué no se vende? La respuesta es que los precios que se están ofreciendo por soja disponible están por debajo de los precios que sugieren los valores de exportación. Frente a una soja de 1.060 pesos, las paridades superaban los 1.100 $/tt. Igualmente, los riesgos son muy altos, y la diferencia de 40 $/tt es respetable, pero igualmente los valores ofrecidos son atractivos.

Frente a este cuadro hay dos posibilidades:
Vender y comprar CALL para seguir especulando con las subas pero con papeles, y no con la mercadería física, y la otra es poner pisos en torno a los 270 U$S/tt para noviembre en el mercado local. Esto da un piso cercano a los 1000 $/tt.
En cuanto a cosecha nueva, los valores que se pagan en el mercado forward, están en línea con los valores de exportación normales, y resulta muy atractivo (230 – 240 U$S/tt). Este valor debería capitalizarse por medio de ventas con compra de CALL o poniendo pisos tomando PUT locales, que están permitendo limitar el riesgo a la baja a los 220 U$S/tt.

El maíz y el trigo locales en el corto plazo son mercadería que escasea. Pero con la exportación cerrada, al mercado le falta el demandante que liga los precios al mercado internacional, por lo que la escasa oferta remanente es más que suficiente para el mercado interno.

No obstante el gobierno ha decidido en el trigo hacer un acuerdo con los exportadores que implica para los mismos comprar mercadería disponible, a cambio de permisos de exportación para la nueva campaña. Esa mercadería comprada se debe poner a disposición de los compradores internos. La condición es que las compras actuales se hagan al valor de la paridad.
Lo que está pasando es que los precios se están pagando, y son valores en torno a los 600 $/tt, pero por lotes muy puntuales y distribuidos en forma antojadiza. El hecho de que no sea un valor al que pueda venderse abiertamente, nos pone en evidencia de que es artificial. A este precio hay mucha más oferta de lo que la demanda puede absorber. De allí que este no es un precio de mercado, a pesar de que reglamentariamente deba ser tomado como un precio de pizarra.
De hecho esto ha generado un dolor de cabeza para las instituciones que deben fijar esos valores.
El tema es que se está especulando con que el gobierno tomará una medida similar pero para el maíz. De allí que inicialmente los valores subieron, para luego cesar los negocios. Los vendedores dicen que si el acuerdo es firmado, los precios deberían subir. Los compradores señalan que si no es así, deberían bajar, por lo que ambos deciden esperar a que el gobierno se expida.

En definitiva es claro que hoy los precios de los granos, commodity internacional que debería tener un mercado transparente, dependen de decisiones políticas más que del mercado.
En cuanto a precios a cosecha, los del trigo están en paridad, y los del maíz un poco retrasados.
Dante Romano
Centro de Gestión
Agropecuaria

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