Tuesday, September 01, 2009

EN EL DÍA DEL PERIODISTA
AGROPECUARIO, Carta a mis
colegas:

Estimados. Hoy es 1º de septiembre, día del periodista agropecuario. Casualmente, hoy mi trabajo periodístico es objeto de una dura réplica por parte de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA). Es un caso curioso el comunicado oficial. Curioso porque no es normal que un organismo del Estado dedique su tiempo a polemizar con un simple periodista, que lo mencione con nombre y apellido. Las réplicas de ese estilo, en general, van dirigidas a las fuentes que generaron la información que se cuestiona. O a lo sumo, al medio que publicó dicha información. Pero el comunicado de la ONCCA menciona mi nombre al menos en tres ocasiones: entiendo entonces que soy yo, y solo yo, el destinatario de su desmentida. Eso, supongo, me habilita a responder.

Trabajo de periodista agropecuario desde 1993. Desde hace algunos años desarrollo mi actividad en el diario Clarín y en el proyecto autogestivo “Bichos de Campo”, junto a varios valiosos colegas. Nunca hasta ahora había sido desmentido tan explícitamente. La situación me obliga a repensar si hice bien las cosas. No tardo más de un minuto en responderme: las hice como corresponde.

El comunicado de la ONCCA apunta a desmentir el título de un artículo que lleva mi firma y del cual me hago responsable. Decía ese título que el Presupuesto de la ONCCA había crecido algo más del 17.000% en apenas tres años. Pero el texto periodístico decia muchas otras cosas más, que lamentáblemente han quedado sin respuesta oficial. Hacia allá vamos.

La ONCCA explica que su presupuesto formal (generado por recursos propios, sean multas o aranceles) no creció tanto como se dice en el artículo, sino que pasará de 13,6 millones de pesos de 2006 a 35,7 millones de pesos este año. Claro, no es el 17.000% publicado. Así parece desmentir toda la información publicada.

Dice la ONCCA: “En dicha noticia se puede apreciar cómo el cronista incluye en el presupuesto de la ONCCA las partidas que el Ministerio de Economía dispone para los pagos del Régimen de Compensaciones que lleva adelante el Gobierno Nacional”. Es decir, afirma que el error conceptual que cometo es sumar al presupuesto de la ONCCA las millonarias partidas que el organismo recibe a partir de 2007 para distribuir dichos subsidios. ¡Perdón! Mi gran pecado fue haber confundido “presupuesto” con “gasto público”.

Habría que corregir entonces también a la Oficina Nacional de Presupuesto del Ministerio de Economía, que precisa en sus planillas de gasto por jurisdicción correspondiente al Presupuesto 2009 que el dinero que la ONCCA manejará este año asciende a 3.696 millones, la cifra consignada en mi artículo y que justifica el elevado crecimiento presupuestario mencionado. Cierto que el grueso de esas partidas corresponden a “transferencias”. ¿Pero, en definitva, quién las maneja?(http://www.mecon.gov.ar/onp/html/presutexto/ley2009/ley/pdf/planillas_anexas/titulo3/anexa3a2.pdf)
Lamento que la ONCCA se haya apoyado en dicho tecnicismo para evitar dar explicaciones respecto de las muchas otras cosas que se denuncian en el artículo, y que hasta ahora no tienen respuesta.

1) Dice el artículo que la función original de la ONCCA no era distribuir subsidios ni regular exportaciones, sino simplemente velar por la transparencia en las cadenas agropecuarias. Es decir, la nota denuncia que existe un faltante legal que brinde sustento a las nuevas tareas asumidas por la ONCCA. Digo yo ahora: ¿Por qué en vez de pelearse con un periodista no se dedican a actualizar las normas y a otra cosa?
2) Dice el artículo que, a falta de una “estructura formal” para el organismo, el actual cuerpo de “coordinadores” (
http://www.oncca.gov.ar/principal.php?nvx_ver=2069&m[]=7&m[]=0) designado por sus autoridades políticas no tiene sustento jurídico, ya que fue impuesto por una simple comunicación interna dirigida al personal, sin valor legal y nunca publicada en el Boletín Oficial.
3) Dice el artículo que dichos coordinadores no pertenecen a la planta de empleados permanentes del Estado sino que son personal “contratado”. La pregunta que vuelvo a hacer: ¿Es lógico que un prespupuesto (perdón, debo decir “gasto”) de la envergadura del que maneja la ONCCA sea administrado por personal que no integra la plantilla de personal estatal?
4) Dice el artículo que desde fines de 2008 la ONCCA no envía sus expedientes a la Oficina Legal que le corresponde, la de la Secretaría de Agricultura, sino que los hace circular por una inexistente “Coordinación Legal y Técnica” propia, también formada por letrados contratados. Esa oficina es “inexistente” porque nunca fue formalmente creada. Pregunto: ¿Por qué no la crean?
5) Dice el artículo que el coordinador de Comercio Exterior aparece en varios documentos oficiales de la ONCCA (sugiero revisar las actas de los foros Verde y Rojo) como “doctor”, cuando no está acreditado que tenga título universitario. ¿Por qué no desmentir, de ser falso el dato, algo tan sencillo?
6) Dice el artículo que dos terceras partes del personal de la ONCCA, que siempre desempeñó sus tareas en la sede de la SAGPyA o en oficinas propias alquiladas, ha sido trasladado a la sede central de la AFIP, organismo con el cual la ONCCA no tiene ningún tipo de vinculación jurídica. Pregunto: ¿A qué se debe esta mudanza?
7) En un artículo anterior, también con mi firma, lo que se denunciaba era la interrupción de la publicación de series estadísticas que la SAGPyA y la ONCCA antes difundían habitualmente, como las estimaciones agrícolas, los datos de faena de bovinos y de la exportación de carnes, la posición comercial de los distintos operadores de la cadena agrícola, etcétera. En aquella ocasión no hubo desmentida oficial, ninguna explicación. Yo opino: ¿Cómo esperan que los periodistas hagamos bien nuestra tarea si no contamos con datos fiables del Estado?
¿Cómo esperan los funcionarios del Gobierno que no crezcan nuestras sospechas sobre su accionar y la falta de control si nos privan de lo más valioso con que cuenta el periodismo, la información pública?

Para tranquilizarnos, la ONCCA aclara en su desmentida que realizó “un pedido formal, el 11 de abril de 2008 a la AGN y a la SIGEN, para que lleven a cabo una auditoría integral del organismo”. La presencia allí de los organismos de control del Estado, por cierto, sería serenadora. Pero ha pasado año y medio desde aquel pedido y no sucedió nada. Propongo: Pónganse firmes e insistan en el pedido. Ya llegará el día.

Como periodista agropecuario, mi tarea es informar sobre lo que sucede en el sector, de la mejor manera posible. Mis investigaciones sobre la ONCCA no son un capricho que realizo a título personal, sino consecuencia de la creciente preocupación que expresan los diversos actores del negocio agropecuario por el desempeño de dicho organismo. Mi modesta lupa se ha posado sobre esa oficina a medida que acumuló poder y presupuesto (¡otra vez no!). No se trata de una persecución a nadie en particular sino de verificar el cumplimiento por parte del Estado de normas elementales.

Se trata de cuidar las instituciones y las reglas básicas de convivencia que deben regir la vida social. Es decir, de todo lo inverso a lo que hizo la ONCCA conmigo: el organismo no duda en denunciar que el periodista “Matìas Longoni” llena el aire de “falacias”. Les aviso: este periodista tiene espalda suficiente para ratificar el contenido de sus artículos. Pero no se imagina con demasiada fortaleza si esta suerte de “escrache público oficial” deriva en alguna agresión de otro tipo, tan frecuentes por estos días de intolerancia.
Ratifico: estoy orgulloso de formar parte de un periodismo agropecuario cada vez más profesional y punzante.

Feliz día a todos mis colegas.
Matías Longoni

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