Thursday, January 22, 2009

Fiesta Nacional
del Girasol
en Carlos Casares


Qué hace falta para
que el cultivo
vuelva a su cuna



En una mesa debate organizada por la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), los productores de Carlos Casares manifestaron la necesidad de que el cultivo recupere su espacio. Asociado a la actividad ganadera, el girasol resulta una herramienta clave para las explotaciones mixtas de la región.

Carlos Casares es la cuna nacional del girasol. Durante casi un siglo, esta oleaginosa fue uno de los principales cultivos del centro oeste de Buenos Aires. Fueron los colonos llegados de Rusia los que introdujeron, hacia fines del Siglo XIX, a este cultivo que resultaría un producto básico de la economía de la región durante un largo período. Estos inmigrantes, en su mayoría judíos que se radicarían en Colonia Mauricio, llegaron con las semillas de girasol en sus maletas y bolsillos, como un elemento atesorado de su tierra.


Según datos de la Junta Nacional de Granos, en la cosecha 1934-35, la producción de girasol en Casares fue de 16.445 toneladas sobre un total nacional de 61.818. El cultivo creció y hacia la década del ’80 tomó gran protagonismo con campañas de más 80.000 toneladas de producción. Por entonces, la zona incluso contó con su propia procesadora de aceite.

Desde entonces, muchos cambios se dieron en la actividad productiva. El clima y el crecimiento de la agricultura en base a soja fueron desplazando al girasol en las últimas décadas. Hoy, la comunidad vuelve a plantearse la necesidad de fortalecer al cultivo en la región. “Estabilidad”, es lo que reclaman los productores para volver a apostar a la oleaginosa.

“En Carlos Casares pensamos que el girasol va a volver. El cultivo está vivo en nosotros. Por eso organizamos la Fiesta Nacional del Girasol, en homenaje a aquellos inmigrantes y agricultores pioneros”, remarcó Luis Serasi, presidente del Concejo Deliberante local, en la charla debate “El girasol en el contexto actual”.

La cita fue en el Salón Blanco de Carlos Casares, el pasado 9 de enero, donde un importante grupo de productores participó activamente de la reunión organizada por la Asociación Argentina de Girasol y conducida por el coordinador técnico del Convenio INTA- ASAGIR y presidente de la International Sunflower Association (ISA), Carlos Feoli, con la participación del asesor económico de la Asociación, Jorge Ingaramo.

“Casares tiene historia en tecnología y en promoción tecnológica: recordemos los concursos de producción que fueron testimonio del potencial productivo de esta zona y la Chacra Experimental de Bellocq, que tuvo un papel trascendente con el aporte de la variedad Negro Bellocq”, destacó Omar Angel Foglia, Intendente de Carlos Casares.

En sintonía, José Luis Bartomeoli, presidente de la Comisión organizadora de la Fiesta, insistió en que “debemos recuperar protagonismo y reimpulsar aquellas actividades que contribuyan a impulsar la imagen del girasol en esta zona”. Precisamente, uno de los ejes del debate fue la disminución de la presencia del cultivo en la región. Durante la reunión, un productor mencionó que dejó de hacer girasol por la terrible sensibilidad del cultivo a contingencias climáticas en los días previos a cosecha. “Nosotros éramos productores de girasol de 27 a 28 quintales por hectárea, pero en dos campañas en las que venía muy bien el cultivo, de pronto perdimos casi todo en los cinco o diez días antes de la cosecha”, enfatizó.

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