Sunday, December 13, 2009

La ausencia de novedades nos deja con un mercado laxo

Los mercados de granos vienen operando con los mismos fundamentos desde hace ya varias semanas, por lo que estas influencias ya habían sido incorporadas a los precios. Al mismo tiempo, la revaluación del dólar reduce el apoyo financiero a los commmodities.

Primero hablemos un párrafo de las compras de fondos financieros. Estos son los actores que si bien tienen sus carteras invertidas en los mercados financieros en general (bonos, acciones, etc.), temen que una devaluación del dólar y los movimientos en las cotizaciones de distintas monedas, licuen las ganancias que pueden llegar a tener en términos nominales. Es decir que si ganan 8% en dólares, pero la inflación es del 10%, en realidad en vez de ganar, estarían perdiendo capital.

Para cubrirse de eso, estos fondos compran commmodities. A los tradicionales (oro y petróleo) lograron sumar los demás gracias a los mercados de futuros y opciones, en los cuales se pueden tomar posiciones compradas, sin tener que recibir físicamente la mercadería.

Estos fondos que habían ingresado y llevado los precios a la suba fuertemente, cerraron posiciones con la crisis financiera del 2008. Sin embargo a inicios de 2009, se estabilizaron y comenzaron a comprar nuevamente. Desde ese momento a la actualidad nunca dejaron de comprar, y ya tienen una posición tomada que es similar a la que tenían antes de la debacle del 2008.

El problema es que como el dólar ha comenzado a encontrar soportes y detuvo su tendencia devaluatoria, los fondos financieros pausaron sus compras, y al mercado le falta una pata de las alzas.

Sin embargo distintos condimentos fundamentales negativos, junto con la incertidumbre que se vivió en la primera parte del 2009, hicieron que los otros especuladores, los fondos tradicionales que operan mirando las perspectivas de oferta y demanda, estuvieran fuera de mercado, y que ingresaran comprando sólo ante hechos puntuales, como lo fue la demora en la siembra en EEUU. Sin embargo siempre que los mismos entran luego salen vendiendo y generan toma de ganancias.

Recordemos que en el momento del ingreso de la cosecha norteamericana de maíz y soja, cuando esperábamos que la presión de oferta deprimiera los precios, el efecto combinado de heladas, exceso de lluvias y nevadas, demoró el proceso de trilla, lo que junto a un programa exigente de embarques, hizo que la baja nunca se diera.

A su vez, al faltar el condimento negativo de la presión de cosecha, los fundamentos alcistas que esperábamos que se manifestaran cuando el mal trago fuera superado, allá por marzo a junio del 2010, se presentaron.
Nos referimos al activo ritmo de la demanda por soja, las perspectivas de producción en Sudamérica, y la lucha por el área en EEUU.

Al respecto, en los pocos meses del año agrícola 2009/10 de EEUU los compromisos de exportación acumulados son 70% mayores que los del año anterior, y representan un 80% del total que se espera exportar en el ciclo.
Esta es una clara señal de que la demanda es mayor de lo que estamos estimando. En cuanto a la producción de soja en Sudamérica, si bien las precipitaciones permitieron recuperar la humedad del suelo en el centro norte de Brasil, y en el sur las condiciones siempre fueron buenas, el exceso de lluvias está comenzando a demorar las tareas de implantación.
De todas formas, en general las condiciones son conducentes a una gran cosecha carioca. Al punto que algunos analistas creen que el USDA debería incrementar su proyección de producción actual (63 mill.tt. de soja)

El problema es Argentina, donde si bien las lluvias volvieron a aparecer tras dos años de ausencia, las mismas no llegaron al oeste, y actualmente más de un tercio de la zona de producción tiene problemas de humedad, que esperamos se resuelvan a tiempo para la implantación, aunque vemos con preocupación que las lluvias se siguen salteando esa región.

Todos estos elementos dieron a los fondos señales de que debían comprar. Lo hicieron y los precios subieron fuertemente. Pero como dijimos al principio, estas novedades ya fueron incorporadas a los precios, y la posición comprada de los fondos es muy grande. Si los mismos no perciben un nuevo elemento alcista de fuerza en el horizonte, tomarán ganancias, vendiendo y llevando los valores a la baja.

Dicha tendencia se está comenzando a producir, pero por el momento en las bajas aparecen operadores que quieren entrar el mercado comprando y los precios encuentran pisos. Pero la posición comprada es muy grande.

Esperábamos que ese condimento alcista pudiera venir de una revisión del USDA sobre producción tanto en EEUU como en Argentina, pero en su reporte de esta semana no se hicieron cambios al respecto.

En conclusión, la pausa en la devaluación del dólar, la falta de novedades en el frente de oferta y demanda, y la gran posición comprada de los fondos tradicionales, que podrían tomar ganancias, genera el riesgo de que tengamos bajas en el corto plazo. Sin embargo a posteriori podríamos volver a la suba, ya que al cuadro global es positivo.

Localmente uno de los elementos que preocupan es la falta de precipitaciones para el oeste de nuestro país. Otro elemento preocupante es el activo ritmo de otorgamiento de ROE VERDE que ya habría prácticamente terminado el saldo exportable de trigo, mientras que el de maíz se va reduciendo a paso veloz. Esto podría dejarnos sin acceso a los mercados internacionales.
De allí que la recomendación en estos casos, hoy más que nunca, sea vender y posicionarse al alza con CALL comprado en el exterior.

En el caso de la soja, los mercados han perdido posiciones, pero los valores siguen siendo interesantes. La baja podría seguir en el corto plazo, copiando lo que pasa en el exterior, pero el rebote podría darse rápidamente, por lo que no habría que convalidar precios más bajos, especialmente si se han realizado buenas ventas con anterioridad.
Caso contratio, no es mala idea tomar algunas posiciones más en este momento, para sobre llevar la baja de corto plazo que esperamos, sin tanta preocupación.

Dante Romano
Director Académico del
Centro de Gestión Agropecuaria
de Fundación Libertad.

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