Wednesday, February 13, 2008

Los buenos precios cambiaron
la lógica de los productores
Más tecnologías y diversificación en las fechas de siembra. Una recorrida por la experiencia que los productores del Norte y el Centro del país tuvieron con el girasol en esta campaña

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hasta la semana pasada se llevaban cosechadas cerca de 462 mil hectáreas, un 17,1% de las 2,7 millones de hectáreas implantadas. El rendimiento medio para la oleaginosa estaría alcanzando hasta ahora los 18,6qq/ha, “superior en 450 Kg/ha a igual fecha en campaña 2006/07”, de acuerdo al informe.

Esta vez, el girasol dio la nota en la provincia del Chaco. Por un lado el clima dividió la siembra en dos fechas, una a fines de julio y la otra hacia septiembre-octubre. Según el asesor local Jorge Kisur, las de julio anduvieron mejor que las tardías, que sufrieron el déficit hídrico y comenzaron a cosecharse con rindes más bajos. “Lo de las dos fechas de siembra no se había visto antes en la región, pero una de las razones fue el precio del girasol”, aclaró Kisur.

El otro dato llamativo tiene que ver con el crecimiento de la siembra directa. “Lo más común en el Chaco son las siembras convencionales. Pero este año, también el precio modificó el manejo e hizo que, a diferencia de otros años, se hiciera más directa sobre soja e incluso sobre algodón. “Sólo en localidades como en Villa Angela, San Bernardo o La Clotilde, el área en Directa creció del 5 al 15 %”, explicó Kisur para aclarar que no es el caso de la zona de Charata, donde la siembra conservacionista se viene experimentando desde hace más tiempo, de la mano de tecnologías como la fertilización.

En el aspecto sanitario, los lotes sembrados en las primeras fechas de siembra no tuvieron problemas, sin embargo, los tardíos sufrieron la aparición de roya negra, sobre todo en las variedades susceptibles. En general, en el Norte se usaron pocos fungicidas y los rindes de los primeros lotes cosechados oscilaron entre los 1700-1800 kg/ha contra perspectivas de 1300 kg/ha para las segundas fechas de siembra.

Para Néstor Rossi, otro de los referentes girasoleros del área que va del Norte de Santa Fe hasta Chaco, uno de los aspectos a destacar en esta campaña son las buenas condiciones para la definición de materia grasa, sobre todo temperatura y baja incidencia de enfermedades de fin de ciclo, como phomopsis.

“Al final de campaña nos sorprenden rendimientos que oscilan entre los 1800 y 3200 kg/ha”, comentó Rossi para aclarar que hubo un trabajo de ajuste de densidades (alrededor de 5500 plantas/ha) y de fertilización en siembra directa. Se usó azufre y nitrógeno. Se agregó fósforo hacia el Este y se enfatizó el nitrógeno hacia el Oeste. “Estas prácticas marcaron las diferencias en las brechas de rendimiento”, reflexionó Rossi.

Con el cultivo en R5 (comienzo de floración) se vio roya negra en el Oeste, que fue tratada con tebuconazole y preventivos en estado R1 (de estrella).
En la zona Centro del país aún faltan algunas semanas para comenzar a recolectar el girasol. Pero lo cierto es que las expectativas son muy buenas. “Llovió lo justo y necesario. Los años que son buenos para el girasol son malos para el maíz”, argumentó Jorge Dolinkue, referente de ASAGIR en la región.

En La Pampa, Luis Arias es productor y referente en materia de girasol. En esta provincia, el clima se divide en dos zonas: una central que va de General Pico hacia el Sur y otra que abarca el Oeste y Noroeste de La Pampa.

“Todo el Este y Centro Sur tuvo buenas lluvias, si bien se cortaron a principios de diciembre, a mediados de enero hubo una recuperación. La zona complicada es la de tosca (al Oeste de General Pico, Santa Rosa, Embajador Martini, hasta el Norte, Realicó), allí los perfiles son menores y no llovió. Esto trajo síntomas como floración a menos de un metro y girasoles muy petisos”, detalló Arias.

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