Monday, January 04, 2010

"2009 / 2010"
Revisión y Perspectivas

El fin del año calendario siempre genera la tentación de hacer balances. De ver lo que pasó y tratar de vaticinar que puede ocurrir más adelante. En el caso de nuestro sector esto tiene la particularidad de que el año calendario no coincide con el del ciclo productivo, pero sin embargo nos toma con los cultivos de cosecha fina terminando su ciclo, y los de la gruesa bastante encaminados, con lo que las dudas pasan más bien por los precios y el contexto político en el cual se desarrolla la actividad.

Productivamente hablando el 2009 fue un año para olvidar. La sequía histórica que vivimos generó una fuerte caída en la cosecha, y por lo tanto también en los resultados de las empresas agropecuarias.
Fue un año de pérdidas, con muchas empresas que perdieron todo su capital de giro, y que tuvieron que arrancar el nuevo ciclo recurriendo al financiamiento externo. Sin embargo, cuando las lluvias llegaron, y el clima se recompuso, el financiamiento apareció, y se redobló la apuesta productiva.
Las expectativas productivas para el 2010 son muy buenas, más allá de las zonas afectadas por las inundaciones y el granizo, por lo que hay amplias chances de que el 2010 genere mejoras.

En cuanto a los precios, el 2009 iniciaba con la incertidumbre de la crisis financiera internacional, que se desencadenó en agosto de 2008, y por la liquidación de fondos había generado una fuerte caída de precios. En ese momento nos preguntábamos si era lógico que la crisis generara una caída tan fuerte en los precios de los granos.
La respuesta era que los elementos alcistas del mercado por el lado de la demanda seguían vigentes: los biocombustibles, la explosión del consumo asiático y las compras de fondos financieros como cobertura por la posible inflación del dólar.
Sin embargo todos los factores estaban aletargados por la incertidumbre, y además la oferta tuvo un salto importante. Pasando ya a la situación actual y las perspectivas para el 2010 podemos decir que ya nadie duda que lo peor de la crisis pasó, y la pregunta ahora es como será la salida en el 2010, y la demanda ya está dando claras señales de dinamismo nuevamente. Sin embargo la oferta ha crecido y esto modera un poco las alzas.

En lo que hace a la dimensión política, el año pasado, con la victoria de la votación por la resolución 125 todavía fresca, esperábamos que la elección legislativa del 2009 generara un punto de inflexión.
Eso fue así, la elección generó otra clara derrota del oficialismo, pero los tiempos de la política son lentos, y en este momento, con los nuevos diputados recién asumidos, esperamos que los procesos decisorios comiencen a cambiar. En el mientras tanto, entre la elección y la asunción de los nuevos diputados, el oficialismo utilizó todo su capital remanente para votar leyes que seguramente no pasarían en el nuevo congreso: los superpoderes, la ley de medios, etc.

Sin embargo en cuanto a las políticas específicas para el agro, se profundizó la intervención en los mercados, y el nefasto sistema de ROE nos mostró su peor cara, dejando a los productores casi todo el año 2009 sin mercados de maíz y trigo, incluso en los momentos de cosecha, como está ocurriendo actualmente con el trigo. En este aspecto el 2010 no parece mostrar mucha posibilidad de mejora, ya que los intentos tanto del gobierno, como las propuestas de los actores privados, pasan más bien por profundizar la regulación, más que por buscar la forma de eliminar este sistema, y reemplazarlo por otro de menor impacto negativo en la producción.

Financieramente el 2009 fue muy complicado para nuestro sector, y el 2010 no se recompondrá hasta tanto se trille la cosecha gruesa, ya que hubo muy poco trigo y otros cultivos de invierno, porque el clima no se recompuso a tiempo. Por la misma razón, el efecto derrame del sector sobre el resto de la comunidad también estará lento en la primera parte del 2010.

En resumidas cuentas el 2010 aparece como un año de grandes oportunidades para el sector agropecuario, donde es muy posible que la situación se recomponga mucho tanto para los productores y los sectores estrechamente ligados al mismo, como para quienes se benefician por su efecto derrame, aunque deberán esperar hasta mediados de año para que esto se haga patente.

Y el 2009 nos dejó dos grandes aprendizajes: por un lado que la participación en política del sector va generando al menos la aparición de espacios donde en el 2010 se tendrá la posibilidad de comenzar a gestar cambios. Y el otro aprendizaje es que si bien para producir se sigue necesitando tierra, maquinarias e insumos, el facto clave es el conocimiento.
La diferencia en la capacidad para soportar los problemas productivos, financieros, de mercado y políticos fueron muy distintos para quienes venían invirtiendo gran parte de su tiempo y recursos a formarse, y quienes seguían por la vieja escuela.
Por todo esto, y a pesar de los tragos amargos, le decimos adiós al 2009 con una sonrisa, y enfrentamos esperanzados el 2010.

Dante Romano
Director Académico
Centro de Gestión Agropecuaria
de Fundación Libertad.

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