Débora se queja de Brasil pero los tractores de Pimentel siguen frenados

Mientras Débora Giorgi le solicita a su equivalente brasileño, Fernando Pimentel, que autorice el ingreso de automóviles argentinos, los tractores brasileños (origen de la disputa) siguen sin ingresar al territorio argentino. ¿No tendría que realizar un gesto Giorgi?

A través de la vigencia de las licencias no automáticas, el Gobierno argentino intenta equilibrar la balanza comercial con Brasil en general, y en especial en el sector de la maquinaria agrícola, que es deficitario en US$ 450 millones anuales.

El objetivo que anunció en su momento Cristina Fernández es sustituir con mayor fabricación nacional parte de la demanda de tractores y cosechadoras que hoy entra desde el exterior (lo hizo al inaugurar un establecimiento de New Holland, de Grupo Fiat).

La mayor presión brasileña viene por las barreras a la importación de cosechadoras y tractores que la Argentina inició en forma casi coincidente con el anuncio de Cristina.

El problema es que cuando se dice que se abre una fábrica, Cristina y los funcionarios todavía no entendieron que no supone fabricar el 100% del producto. En la economía global eso a menudo atenta contra el costo final. Muchas partes se importan.

Precisamente es lo que sostiene la multinacional John Deere, que en Granadero Baigorria, Santa Fe, produce sólo motores y ve restringido el ingreso desde Brasil de equipos necesarios para completar sus productos.

Santa Fe representa casi el 50% de la producción nacional de maquinaria agrícola, y en esa provincia se reclama limitar el ingreso desde Brasil porque, según el titular de la firma de maquinaria agrícola Ombú, Orlando Castellani, "hay un plan a largo plazo lanzado por el gobierno nacional para equilibrar la balanza comercial y recomponer, justamente, la producción de equipos, como cosechadoras y tractores para la agroindustria".

Castellani recuerda que la ministra de Industria, Débora Giorgi, les prometió que en 2020 la producción de maquinaria agrícola será de US$ 2.500 millones, con una creación de 8.000 puestos de trabajo, que llevará a 20.000 la cantidad de empleados en el sector.