Wednesday, August 31, 2011

EL DESPRECIADO PRIMERO Y AMADO DESPUES "YUYITO"


La problema no es la "sojización total" sino lo que esconde el Gobierno


Si bien la Argentina vive bajo el peligro de lo que se llama la "sojización total", y por ende, de la dependencia de China y de los vaivenes que sacuden los mercados, ello no representa mayor peligro que la atadura que el kirchnerismo generó sobre la suerte del "yuyito" atentando (fuera del discurso oficial) contra la industria nacional, cuyo desarrollo, en las condiciones actuales, no resulta más que "una política de subsidios y gran despilfarro".

El precio de la soja se estabilizó en torno a los US$530 en el mercado internacional luego de tocar ayer su máximo nivel en los últimos 3 años.

Según informó la agencia de noticias 'Reuters', la tonelada de oleaginosa se comercializa hoy con una contracción de poco más de US$4.

"Si a la soja, que es un producto integral, le sumas el trigo, el maíz y el girasol, por esos productos entraron casi US$100.000 millones en los últimos tres años", calculó el economista Carlos Melconian.

El analista remarcó que "en el funcionamiento de la economía argentina está siendo preponderante ese factor, más por el ingreso de dólares que por la retención que se les cobra, sin subestimar la parte fiscal".

Pero, el panorama no es tan positivo, pues la cada vez más importante dependencia de la soja pone en peligro a la economía doméstica, pese a que el discurso K habla de "promover la industrialización en el país".

No solo se refuerza la dependencia de China sino que además vuelve al país vulnerable ante los vaivenes que sacuden a los mercados.

La producción de la soja crecerá en el país al ritmo de un 3% anual, mientras que el área sembrada aumentará un 1,4% por año, según un informe elaborado por la 'Fundación Mediterránea', según publica el diario 'Hoy'.

Se trata de la principal fuente de ingresos del kirchnerismo, que ata así su suerte al valor de este grano. Una caída en el precio (algo esperable debido a que ya está sobrevalorado) traería graves consecuencias a la economía nacional, sin que se hayan tomado los recaudos para evitarlo, y los primeros en pagar los platos rotos serán los ciudadanos comunes, que deberá afrontar un escenario de recesión.

En diálogo con 'Clarín', el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, se refirió a la "sojización total": "en los últimos años hemos perdido 12 millones de cabezas de vacunos (...). Si no hay cambios, el país marcha hacia una sojización total".

Según la entrevista, Biolcati diagnosticó que la política implementada en ese lapso "ha destruido la productividad, la rentabilidad y la inversión en el sector". Entre otras cosas, esto fue lo que dijo:

- ¿Cuál es la herencia que dejan 8 años de gestión kichnerista para el sector agropecuario?

- Fue un período signado por trabas a la exportación, de partir del concepto equivocado de desvincular los precios internos de los internacionales, pretender desvincularlos a través de reservas de alimentos en el mercado interno por encima de las necesidades. Ese desacoplamiento terminó en condiciones muy ruinosas, que le costó mucho ver al gobierno.

Se aplicaron retenciones confiscatorias, y el conflicto por la 125, terminó de destruir la relación, y llevó a este empecinamiento en continuar con una política que ha destruido la productividad, la rentabilidad y la inversión en el sector, un poco motivado por la necesidad de caja y otro poco por una ideología y un resentimiento.

- ¿Cuáles fueron los sectores más perjudicados por esta política?

- El tema más escandaloso es el de la carne. En los últimos cinco años perdimos 12 millones de cabezas, el equivalente al stock de Uruguay. Perdimos los primeros puestos de exportación de carne en el mundo. Nos superó Brasil, Uruguay, y Paraguay. Caímos más de 20 por ciento en producción, y bajó de 70 a 50 kilos el consumo por habitante al año por la escasez y el consiguiente aumento de precio, y la convirtió en un alimento caro.

También se perjudicó muchísimo a la lechería. Ante un buen precio internacional, se fijó un precio de corte para la leche en polvo. Las exportaciones que superaban ese corte, la diferencia iba toda para el gobierno, impidiendo la inversión. En trigo, las trabas a la comercialización, la discrecionalidad con que se otorgan los ROE, la fijación de cupos, destruyó el mercado, impidiendo la competencia.

Eso desalentó la producción. Y sin ninguna necesidad, porque su producción triplica las necesidades del mercado interno. El único producto en el cual se puede canalizar los esfuerzos del sector es la soja, con un 35% de retenciones que significa caja fácil para el Estado.


Es todo soja; el gobierno dice haberla combatido y la convirtió en un monocultivo en Argentina, con los consiguientes problemas, como el desarraigo de las poblaciones. Es una política contraria a lo que han predicado. A los precios internacionales actuales y las retenciones, el país marcha hacia una mayor sojización porque es el único producto que deja alguna rentabilidad. Es lo que el Gobierno busca.

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