Thursday, August 19, 2010

Si hay algo que le falta a los "k"
en materia impositiva
es ejemplaridad

El miércoles 18, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó al sector agropecuario, desde la Bolsa de Comercio de Rosario, de ser responsable de una alta evasión fiscal. Y en ese contexto, dijo la primera mandataria: “No me queda otra que pararme en la Aduana. La mejor política son las retenciones”.

Ante estas palabras, desde la Federación Agraria decimos que las retenciones agropecuarias son un mal instrumento de política económica en la Argentina. Deben ser reemplazadas lo antes posible por una profunda reforma fiscal y una ley de arrendamientos rurales que pongan límites a la concentración. Y mientras existan, para amortiguar el impacto en los pequeños y medianos productores, deben ser segmentadas.
Así como nos preguntamos cuánto pagan, por ejemplo, la minería, el juego y la renta financiera. Posiciones estas que ayer sostuvieron miles de productores en el Congreso de la Nación, cuando viajaron a Buenos Aires para debatir todas las propuestas legislativas de la entidad con senadores y diputados nacionales.

Entendemos asimismo que la Presidenta de la Nación no puede a esta altura actuar como una relatora de lo que acontece en materia tributaria del país, cuando hace varios años que está al frente del Poder Ejecutivo. Si hay impuestos que no se cobran, debe arbitrar los medios necesarios para que se haga.
Es el Estado nacional quien debe conducir sin ningún tipo de favoritismo la política tributaria de la Nación, que debería tener equidad y apuntar a la justicia distributiva. Por cierto, este es un largo reclamo de la FAA, que hace tiempo pide una profunda reforma tributaria. Pero en los siete años de gobiernos kirchneristas nuestra entidad no sido escuchada en este tema.

Para la Federación Agraria, como lo hemos dicho en numerosos ámbitos, es imprescindible e impostergable, que la mayor carga fiscal recaiga sobre los sectores de mayores ingresos; en nuestro sector, sobre las exportadoras, los pooles de siembra y los grupos más concentrados.

Pero en el sector agropecuario de la Argentina, pese a todo el progresismo declamado por el gobierno, sigue tratándose a todos por igual. Y así, la presión tributaria sobre los pequeños y medianos productores es asfixiante. De hecho, llegan a nuestra organización las denuncias de miles de chacareros que son bajados, por ejemplo, del Registro de Productores Agropecuarios.
La inmensa mayoría por cuestiones formales, que les impiden comercializar su cereal en forma normal. Reiteramos entonces que es hora de que la presión fiscal se pose sobre los grupos concentrados de la economía argentina, y se deje de hostigar a quienes a duras penas consiguen la subsistencia diaria. Aunque sabemos que la falta de equidad no es un problema solamente del sector agropecuario: lo prueba el hecho de que el IVA o los impuestos al consumo, que paga toda la población, sean las principales fuentes de financiamiento y del superávit fiscal.

Finalmente, vale la pena mencionar que no hace mucho, un operador periodístico del gobierno hablaba de las denuncias que se destapan diariamente contra Ricardo Echegaray, y pedía “ejemplaridad”. En este sentido, podemos decir que mal puede reclamar la Presidenta contra la evasión fiscal en la Argentina con la “poca ejemplaridad” que da su gobierno:

1) Acaba de designar a Virginia María García, cuñada de Máximo Kirchner, con sólo 4 meses en la AFIP y sólo 32 años de edad, como la responsable de la dirección regional Río Gallegos de la AFIP. Regional, que debe controlar impositivamente, entre otros, a Néstor, Cristina y Máximo Kirchner; Rudy Ulloa, Lázaro Báez y Cristóbal López, entre otros vinculados al poder de la era K. Nada mejor que ser la familia... para "controlar" a la familia.

2) Tampoco es un buen ejemplo de cumplimientos impositivos los retoques que según denuncias periodísticas mandó a hacer el propio Etchegaray a la declaración jurada de Néstor Kirchner.

3) Y menos ayuda a la ejemplaridad recaudatoria fiscal que al actual jefe máximo de la AFIP se le sigan encontrando pruebas que lo vinculan a un reiterado favoritismo hacia su esposa, o empresas “fantasma” armadas desde la entonces conducción de la ONCCA para que falsos productores cobren subsidios.

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