Saturday, February 02, 2013

CFK: En 2013 recaudará $ 114.500 millones con el impuesto inflacionario


La Presidente de la Nación no habla de inflación porque se beneficia con ella. La Presidente de la Nación no ataca la inflación porque perdería un ingreso importante para ella. La Presidente de la Nación provoca inflación porque recauda más ingresos. FUENTE: Economias y Regiones

La Presidente de la Nación culpa a otros por la inflación que ella misma alienta para completar la financiación del gasto público elevadísimo. El modelo inflacionario lleva a la Argentina hacia situaciones de enorme tensión social. Buen trabajo de la consultora Economía & Regiones

Para 2012 el impuesto inflacionario se habría incrementado un 47% respecto al año anterior y habría alcanzado los $ 70.300 millones. Lo que representaría el 2,8% del PBI y el 13% de los ingresos netos de coparticipación; siendo el año record de recaudación de este tributo desde el inicio de la era K.

La inflación es la terrible consecuencia del modelo económico: le pega de lleno al bolsillo de los trabajadores; genera pobreza e indigencia; arremete contra la rentabilidad de las empresas, y por ende, contra la inversión y la generación del empleo; provoca incertidumbre; incentiva el aumento de las importaciones y de la demanda de dólares.

Sin embargo, una inflación elevada pero constante, anclada en torno al 20% anual, es paradójicamente una fuente adicional de financiación para el Gobierno Nacional.

En efecto, la emisión de dinero, o señoreaje, es una herramienta de política económica que tienen los gobiernos de aquellos países con moneda propia. La creación primaria de dinero responde tanto a un crecimiento real de la economía como a un aumento del nivel general de precios. En otras palabras, la base monetaria5 se incrementa en respuesta a la evolución del Producto Bruto medido en términos nominales.

No obstante, mientras que el crecimiento (real) de la economía genera un aumento en la demanda de saldos monetarios reales (que implica una economía de mayor tamaño), la inflación induce un incremento en la demanda nominal, cuyo fin es compensar la pérdida de poder adquisitivo de la moneda ante la aceleración de los precios.

Esta pérdida del valor real del dinero, por efecto de la inflación, se denomina “impuesto inflacionario”. Es decir, la inflación puede ser asimilada a un impuesto que se cobra sobre los tenedores de moneda. Y como el Gobierno (a través del Banco Central) es el único ente encargado de la emisión, es el que se apropia y se beneficia de la pérdida del valor del dinero.

Como todo impuesto, requiere de una alícuota, que en este caso es la tasa de inflación general de la economía (medida a través del índice de precios relevado por el Congreso); y de una base imponible, que aquí es la base monetaria. Así, (mediante el producto entre estas dos variables) es posible calcular el valor recaudado de este impuesto.

Para 2012 el impuesto inflacionario se habría incrementado un 47% respecto al año anterior y habría alcanzado los $ 70.300 millones. Lo que representaría el 2,8% del PBI y el 13% de los ingresos netos de coparticipación; siendo el año record de recaudación de este tributo desde el inicio de la era K.

Concretamente, la forma final que tiene el tesoro de hacerse de estos ingresos adquiere diversos nombres: “adelantos transitorios”, “utilidades del BCRA” o “uso de reservas”. En todos los casos se trata de traspasar el impuesto inflacionario que recauda el BCRA hacia el Gobierno Nacional.

Por último, como corolario de todo lo anterior, cabe remarcar que si bien la inflación es un problema para la economía argentina y sobre todo para los sectores más vulnerables, también es paradójicamente una solución para este Modelo (no sostenible en el tiempo) para subsanar la falta de ingresos públicos.

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