Saturday, July 26, 2008

Excluyeron a la Argentina de la 'mesa chica'
de la OMC y, a 3 días del arribo de Lula,
terminó chocando con Brasil


Fracaso extraordinario del canciller Jorge Taiana: por 1ra. vez la Argentina quedó afuera de la mesa de negociación de la Organizacion Mundial de Comercio. La decisión de Pascal Lamy corrobora el descenso extraordinario de la relevancia internacional argentina en los días de los Kirchner, siempre con Taiana como ministro de Relaciones Exteriores y Culto.

Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), decidió tomar medidas drásticas ante el fracaso de las negociaciones de la denominada Ronda de Doha.
Lamy decidió encomendarle a 7 países destrabar la Ronda de Doha.

En los álgidos momentos finales de todas las negociaciones anteriores, sucedió un proceso similar: un grupo reducido de representantes de países seleccionados por el Director General se encierran en el 'green room' anexo a las oficinas de Lamy y, en maratónicas sesiones, deciden los destinos de la Ronda.

La novedad es que la Argentina quedó, por 1ra. vez, fuera de la mesa de negociación.
El grupo reducido que se venía reuniendo desde la Ronda Kennedy -y se consolidó en la Ronda Uruguay, cuando aún existía el GATT, antecedente de la OMC, era de 8 miembros.
Las naciones ahora separadas son la Argentina, Suiza, Canadá y Tailandia.

En su reemplazo, la OMC incorporó a Brasil, China e India. Y eliminó 1 silla. Lamy recibió quejas tanto de países desarrollados como en vías de desarrollo, ante la decisión de reducir la reunión a 7 miembros.

Pero decidió no escuchar esos lamentos.

Ahora la 'mesa chica' de la OMC la integran Australia, Brasil, China, USA, India, Japón y la Unión Europea, quienes negociarán el próximo acuerdo. Esos 7 países representan enormes porciones del comercio global pero, por ejemplo, quedó afuera África y la Latinoamérica hispanoparlante.


Suiza fue el primer país en sacar el tema en la sala del Consejo, donde Lamy informa cada mañana a los 153 miembros de la organización sobre la marcha de la negociación en el Green Room.

En su intervención, la ministra de Economía de Suiza, Doris Leuthard, se dirigió a Lamy y le dijo: "Usted convocó a los ministros a negociaciones en Ginebra. Nos pidió dedicar tiempo y energía a este proceso. Yo y muchos colegas acudieron a su llamamiento, pero usted cambió el proceso y decidió trabajar en un grupo muy pequeño, con lo que ha puesto a muchos ministros en la sala de espera".


La ministra consideró además "inaceptable" que se negocien temas de interés fundamental para ciertos países sin que éstos se encuentren presentes en la sala. Lamy contestó que entendía esta inquietud y garantizó que ninguna decisión se va a tomar fuera del foro que reúne a la totalidad de miembros de la Organización.


Lamy defendió su postura dado el estancamiento de las negociaciones entre los 33 ministros, que representan bloques de interés, y que desde el lunes no consiguen un acuerdo para la liberalización del comercio agrícola y de los mercados industriales, y salvar así la llamada Ronda de Desarrollo de Doha.


La Argentina integra una coalición de 10 países que mantienen posiciones muy defensivas en la negociación industrial y que reclaman garantías de que los recortes que se apliquen a los países en desarrollo sean menores que en el caso de los países ricos.
Es decir que la Argentina tiene posiciones asimétricas, cuando los países con mayor relevancia exigen posiciones simétricas.


La Argentina quiere abrirse menos que los otros, invocando argumentos que, por ejemplo, para Brasil no son suficientes. Esa decena de naciones -entre quienes también se encuentran Sudáfrica, India, Túnez y Turquía- reclama el mayor número de excepciones posibles (exclusión de productos) en la aplicación de las rebajas arancelarias.


La Argentina sostuvo que el texto de negociación no refleja las reivindicaciones de esos países, que lograron cierto desarrollo industrial y que creen que una apertura “drástica” podría perjudicar a sus todavía frágiles industrias.


Cabe recordar que Argentina consolidó sus aranceles industriales en la Ronda Uruguay al 35%, un nivel más de 10 veces más alto que el promedio de los países industrializados y que no participó en las aperturas de mercados sectoriales como la de tecnologías de la información.


En este caso, un grupo de países que representan el 95% del comercio mundial en el sector eliminaron totalmente los aranceles y otras barreras al comercio.
Pero la posición de la Argentina acaba de romper la posición común del Mercosur, y limitó considerablemente sus posibilidades de lograr un acuerdo vital para sus intereses en el sector agrícola.


En cambio, Brasil, Uruguay y Paraguay tienen posiciones totalmente diferentes. Y ocurre algo más grave: Brasil ha advertido que el documento de consenso se acepta todo o nada, pero no puede resultar de interpretación y aplicación parcial, algo que también era una exigencia de la Argentina.


El 3 de agosto es esperado en la Ciudad de Buenos Aires, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien respaldó a la presidenta Cristina de Kirchner durante la reciente crisis política provocada por el fracaso gubernamental en el Senado sobre retenciones agrícolas móviles.
La agenda de la Unión Industrial Argentina y la teoría sobre el 'desarrollo nacional' del Grupo Fénix y otros grupos de apoyo del kirchnerismo, están logrando alejar a la Argentina de las corrientes de consenso en el comercio global.

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