Festuca mediterránea, herramienta

estratégica en la base forrajera

Un germoplasma de creciente difusión en la Argentina en una especie clásica como la festuca alta ofrece varias ventajas a la producción forrajera para sistemas pastoriles, que la diferencian de los cultivares habitualmente usados en el país.

La festuca alta, la reina de las gramíneas forrajeras ha tenido gran difusión en la Argentina a partir de una nueva y mejor genética, liderando en los últimos años el consumo de gramíneas forrajeras templadas perennes. Pero en los últimos años, ha surgido un germoplasma de origen africano y europeo: las festucas mediterráneas.

Se trata de un cultivar distinto a los habitualmente conocidos de esta especie en los sistemas pastoriles argentinos, sembrados mayoritariamente con festucas continentales, como también sucede en el mundo.

Estas festucas mediterráneas se destacan por su buen crecimiento invernal con temperaturas mínimas similares a las del raigrás perenne, duplicando la tasa de crecimiento del pasto en invierno, respecto del germoplasma continental. A ello se agrega su mayor persistencia en el verano ante el stress hídrico y térmico ya que presenta un mecanismo de latencia estival entrando en dormición ante estas condiciones poco favorables.

Otra de sus características, fue destacada por el Ing Agr Nicolás Capelle, asesor técnico privado, quien sostiene que “la festuca mediterránea es una “herramienta” estratégica en la base forrajera, por su complementariedad con la alfalfa. Para este reconocido profesional, “permite lograr una buena ‘sociedad’ en la consociación ya que ambas se complementan en su ciclo, además de dar seguridad a la producción invernal, por menor dependencia de los verdeos.

Tiene una tasa de crecimiento diferencial a las festucas continentales en el invierno, por lo cual con una buena provisión de nitrógeno en el otoño incrementa la oferta global de pasto en un período crítico como lo es el invierno”. También es muy diferente la morfología de las plantas, siendo este uno de los principales argumentos para ser considerada por los botánicos y especialistas en pasturas como una nueva especie.

Este punto de vista se sostiene en el hecho de que las festucas mediterráneas tienen una semilla más chica -con un peso del millar 15 por ciento inferior respecto de las festucas continentales-, un menor ancho de hojas y una mayor densidad de macollos. “La gran adaptación de usos de este germoplasma la han convertido hoy en uno de nuestros cultivares perennes más demandados para las distintas actividades ganaderas de base pastoril.

En años normales suele agotarse durante la campaña de siembras” dijo el Med. Vet. Félix Roumieu del semillero Gentos, quien produce el cultivar de festuca mediterránea Flecha. La discusión está planteada, pero todo indica que una nueva especie forrajera está disponible en el país, dependerá de la adopción de los productores a esta herramienta para incluirla en sus estrategias productivas.